A propósito de una nota publicada hace poco en Modocharlie, me acordé de unos días que pasé en Miami en Septiembre del año pasado. Tuve que ir por trabajo a nuestras oficinas de allá y, por una serie de enredos de vuelos y cambios de planes de última hora, tuve que partir dos días antes de lo necesario, lo que me dejó algo de tiempo para mi.
Coincidentemente, estrenaba un nuevo lente para mi cámara, por lo que aproveché de pasar un rato por algunos puntos que ya tenía identificados alrededor del aeropuerto de Miami (MIA) gracias a los grandes de NYC Aviation y sus Spotting Guides. Al llegar me encontré con esto:
Es interesante notar la diferencia. En SCL hacer spotting es una aventura: Muy pocos lugares donde estacionar legalmente, pocos puntos donde la reja perimetral no se interponga, y el permanente riesgo de sufrir un asalto y perder tu equipo fotográfico y tu auto.
MIA, por otro lado, lejos de ser el mejor aeropuerto del mundo para spottear, es uno de los más amigables con el spotter: Zonas especialmente dedicadas, con hoyos “oficiales” en algunas secciones de reja, estacionamientos seguros, presencia policial relativamente frecuente y espacio para harta gente (There’s safety in numbers, dice la costumbre)
Sin embargo, además de en general no molestar al spotter ni andar correteándolo, MIA fue un paso más allá. Ahora los propios Spotters son parte integral de la seguridad perimetral del aeropuerto. No se trata de tener a spotters armados, conectados al switchboard de alguna agencia federal ni con poderes de arresto. Pero los spotters locales tienen linea directa con las autoridades para reportar situaciones anormales, con lo que ayudan a la seguridad global del aeropuerto y, de paso, cuidan su hobby y lo hacen mucho más amigable para el afuerino que, con una tarde libre, quiere llevarse un registro de aviones que no se ven por sus tierras.
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