Llegó el nuevo Lightroom y no arregló lo que yo quería :(

Hace un tiempo les contaba que Adobe tenía en la puerta del horno un nuevo Major Release para Lightroom, su herramienta MegaUltraSuperPoderosa de revelado digital. Si bien los rumores apuntaban a los últimos días de Marzo, el release se hizo público el 21 de Abril a nivel mundial y rápidamente empezamos a ver las bondades de esta nueva iteración del líder indiscutido a nivel mundial en revelado digital.

Hasta el momento de su lanzamiento, se habló mucho que Lightroom se iba a mantener en su modelo de negocios tradicional: Precio único de USD 150 por una licencia perpetua y, como bono, gratuito para quienes tuvieran una suscripción a Creative Cloud, como había sido hasta ahora. Se llamaría, manteniendo las convenciones, Lightroom 6.
Lo que no mucha gente notó, sin embargo, fueron las señales que dio Adobe en las ultimas 3 ó 4 versiones menores del programa. Desde la versión 5.6 en adelante más o menos, Lightroom comenzó a estar disponible dentro del Creative Cloud y dejó de ser necesario, para quienes usaban Creative Cloud, descargar e instalar una aplicación standalone en cada actualización. Fue una señal tenue, pero alineada con lo que venía: Lightroom se convirtió en Lightroom CC, parte integral de la suite y, pese a que sigue estando disponible como aplicación standalone como Lightroom 6, su modelo de actualización y de upgrade cambió un poco. Adobe claramente está indicando que el modelo de suscripción es el modelo que pretende mantener y promover.

En fin, la actualización trajo muchas cosas buenas, entre ellas:

  • Uso de GPU para agilizar el procesamiento. Mi laptop, sin ser nuevo, es bastante competente y con la versión anterior se sentía un poco torpe. Ahora, gracias a la aceleración por GPU (y a mi querida GeForce GT), hace las tareas que son intensivas en procesamiento mucho más rápido. Se nota sobretodo cuando son tareas por lotes. El disco de estado sólido ciertamente ayuda tambien 🙂
  • Creación automática de panoramas. Si bien es algo que no uso mucho, el proceso de armar una panorámica en base a múltiples tomas se simplifica hasta el nivel “mi-mamá-podría-hacerlo”: un par de clicks y listo!
  • Creación automática de imágenes HDR. Si bien el proceso no es tan maravilloso como el de Photomatix, por ejemplo, si tiene un plus: la imagen resultante es un DNG. Funciona bastante bien y, para quienes gustan de abusar del HDR, es una buena noticia.

A eso, súmenle una infinidad de mejoras pequeñas y estamos frente a una muy buena actualización.

Desde la cueva del milodon
El “después y el antes” de un paisaje. A la derecha, la versión 0EV de una toma de 3 exposiciones (0EV, -1EV y +1EV). A la izquierda, la combinación de las 3 tomas más el ajuste de color, claridad y brillo. Tiempo total: 4 minutos.

PERO

Siempre en la vida hay un pero.

Hace bastante tiempo, y bastantes versiones menores desde Lightroom 5.0, he estado iterando tanto con Adobe como con Typekit, un problema que no tiene nada de crítico pero que me irrita: las fuentes de Typekit, que funcionan de manera impecable en todas las demás herramientas de Adobe e incluso en muchos otros programas, no funcionan en Lightroom en Windows. Es un bug que ha tomado mucho tiempo resolver y que me tenía esperanzado con esta nueva versión. Pero no. Sigue ahí, molestando.

Typekit se basa en fuentes OpenType, que Windows soporta muy bien de forma nativa. Sin embargo, Lightroom (tanto 5.x como el CC) por algún motivo no es capaz de reconocerlas y derechamente no las muestra como alternativa. Esto implica que cada vez que quieres poner una marca de agua con alguna de las fuentes de Typekit, y hay algunas muy muy buenas, hay que crear una imagen en Photoshop (donde sí funcionan) y crear la marca de agua basada en la imagen en Lightroom. Molestia menor, pero molestia al fin y al cabo.

Las interacciones con el soporte tanto de Adobe como de Typekit han sido bastante variadas. Las sugerencias, geniales. Han reconocido el error, en algún momento me comentaron que no saben como resolverlo (!), han testeado y ocurre en todas las versiones de Windows (al menos las de 64 bits) pero no ocurre en OS X. Osaron preguntarme un día si podía comprarme un Mac y usar el producto en OS X (!!).

De busquilla encontré una forma poco kosher de bypassear este error, que lamentablemente no voy a reproducir acá porque no me extrañaría que en respuesta reciba un Cease & Desist porque en cierta forma infringe el copyright no sé si de Adobe, de Typekit o de ambos (?). No es nada ilícito, en el sentido que no estoy obteniendo nada que no permita la licencia… pero, hay que reconocerlo, se presta para abusos 🙂

El tema es que en algún momento, más o menos coincidiendo con el tiempo en que los rumores de la nueva versión de Lightroom estaba por emerger, la gente de Adobe dejó de responder. Optimista, junté ambos hechos y dije Listo, Javier… van a arreglar esto con el release. Pero no. Me llevé, por primera vez, una decepción de Lightroom 🙁

Tocará, entonces, seguir hinchando a Adobe. La falla es de ellos y no de Typekit, pero extrañamente Typekit ha sido más activo en ofrecer alternativas. Aparentemente a Adobe no le importa tanto.

Recuerdos: yo estuve varado para la huelga de controladores en España

Una huelga te puede complicar mucho los planes y dejarte varado y sin alternativas, sobretodo cuando es en un país extranjero. A mí me pasó.

(Este post es un poco más largo que lo habitual. Si les gusta lo que van leyendo, les recomiendo dejar un marcador para que puedan volver a retomarlo en caso que elijan leerlo por partes)

Corría Diciembre de 2010 y +1 estaba en un proceso de transición laboral que, de manera muy calculada, le dejaba una semana de vacaciones. Como oportunidades de esas no llegan todos los días, decidimos aprovecharla y partir una semana a la madre patria para unos días de descanso mental (que a mí, dicho sea de paso, me venían muy bien también ya que no había tomado vacaciones en bastante tiempo).

Como habitualmente hacemos, planificamos muy poco el viaje: el mismo día que +1 terminaba en su antiguo trabajo tomaríamos el LA704 desde Santiago a Madrid y volveríamos el viernes siguiente para tener un par de días para descansar antes que comenzara su nuevo trabajo el lunes siguiente. Nos quedaríamos en casa de unos amigos en Getafe y operaríamos desde ahí, gracias a una excelente red de metro y trenes de cercanías de la capital española. Toda la semana, salvo por el frío que hizo por esos días, anduvo, como dicen los españoles, a pedir de boca: nos embarcamos sin problemas en el primer vuelo, llegamos a la hora prevista a Madrid y pudimos hacer y recorrer todo lo que queríamos ver.

Los problemas, sin embargo, comenzaron cuando íbamos de vuelta a la T4 de Barajas, cargados de maletas, recuerdos y algunos encargos que nuestros amigos, que regresarían pocos meses después a Chile, nos pidieron que repatriaramos aprovechando algo de holgura en nuestra franquicia de equipaje: en total, 2 maletas grandes, dos pequeñas, dos mochilas y un saxo. Sí, un saxo 🙂

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