Cada quien tiene sus mañas y formas de hacer las cosas. A veces, por repetir lo que hicimos la primera vez nos quedamos con un workflow ineficiente.
Por mucho tiempo, mi uso de Lightroom era tan ineficiente que una sola salida con mi fiel Rebel implicaba una semana (o más!) de trabajo. Conversando con algunos usuarios más avezados, fui dándome cuenta de algunas cosas que me pedían mejorar a gritos. Les dejo brevemente mis aprendizajes y como los traduje a un método más eficiente:
Es importante hacerse amigo de la idea que hasta el mejor fotógrafo de National Geographic descarta una parte importante de sus disparos por ser de buena calidad. Esa es una de las ventajas de la fotografía digital sobre la análoga: Puedes disparar y disparar y disparar a costo cero.
La tasa de fotos que quedan derechamente malas va decreciendo con el tiempo, pero nunca jamás llega a cero.
Lo importante es, luego de tomar las fotos, tener la sabiduría de rechazar las fotos que no salieron tan bien. Podemos guardarlas, pero nuestro primer esfuerzo debe ser permitir que pasen al post-proceso solo las mejores.
Hay grupos de fotos tomadas en secuencia y bajo las mismas condiciones (misma orientación, sujeto, etc), que requieren ajustes similares.
El 80% de la foto final se logra en los ajustes generales, que no debieran tomar más del 20% del tiempo, y no en el meticuloso trabajo de eliminar un lunar sin que se note. Corolario: No tiene sentido eliminar el puto lunar en 40 fotos, si luego me voy a quedar con 2.
Teniendo estos puntos en consideración, y dominando solo un par de opciones relevantes de Lightroom, es fácil hacer el 80% del trabajo en un par de horas y no un par de semanas, incluso cuando volviste a casa con 1200 fotos, o más, para revisar.
Hace unos días les hablaba de la importancia de usar formatos RAW en sus fotos. La edición no-destructiva es extremadamente poderosa, dado que nos permite hacer y deshacer con una flexibilidad tremenda.
El motivo tras esta flexibilidad es el hecho que durante todo el proceso de revelado digital, el archivo original no se modifica. El software que estemos usando solo recuerda los cambios que se han hecho en referencia a un determinado archivo, y lo que vemos en la pantalla antes de exportar la foto terminada no es más que un render de la foto con los cambios que estamos haciendo.
¿Y los cambios donde quedan guardados?
Si usan Lightroom, los cambios quedan almacenados en una base de datos local llamada Lightroom Catalog. Probablemente hayan notado que cada cierto tiempo Lightroom los invita a respaldar ese catálogo, y siempre es buena idea hacerlo, pero eso solo respalda el catálogo y no las fotos, por lo que es vital que respalden también sus archivos. Existen, sin embargo, dos situaciones en que esto podría no ser suficiente:
Pese a que se usa en cada foto, poca gente entiende cabalmente el concepto de Apertura, como se mide y qué implica variarla. Voy a intentar hablar en humano sobre el número f.
Por favor no empieces con la diatriba técnica/matemática/física
OK. Voy a hacer lo posible por mantener el lenguaje inentendible reducido al mínimo y por explicar esto de la forma más breve.
Factores que indicen en una correcta exposición
En general, podemos pensar en tres variables que afectan la exposición y que podemos modificar para controlar cuanta luz usamos para crear la foto. Usando esas tres variables podemos controlar si la foto queda sobre-expuesta (muy clara), sub-expuesta (muy oscura) o correctamente expuesta. Estas 3 variables son: